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Instalación en UPV (126 pintalabios, varias medidas)
Instalación compuesta por una cortina de 126 pintalabios suspendidos, formando un umbral etéreo que el espectador debe atravesar. Este gesto, aparentemente inofensivo, encierra una tensión latente: la belleza como arma, como seducción y como condena.
A lo largo de la historia, la feminidad ha sido exaltada y sometida en igual medida. Las mujeres han protagonizado relatos de amor y tragedia, han sido musas y mártires, símbolos de deseo y de transgresión. La belleza, en su dimensión más política, se convierte en un campo de batalla donde coexisten el poder y la fragilidad, la admiración y el juicio.
Aquí, el pintalabios—ícono cliché de lo femenino—se transforma en proyectil suspendido, en advertencia silenciosa, también en un dedo que señala y juzga y en un lapiz, útil que sirve para moldear el pasado, presente y futuro. La instalación confronta al espectador con la dualidad de la estética: aquello que embellece también puede herir (o manchar), lo deseado puede volverse peligroso. Un umbral entre la atracción y la amenaza.
ÚLTIMO PROYECTO: ANHAÜFEN
Anhaufen es una serie de ilustraciones en acuarela que explora la identidad como un flujo en constante transformación. Con la superposición de capas, las transparencias y los contrastes, la serie construye un lenguaje visual en el que cada imagen refleja la fragmentación y reconstrucción de la identidad a lo largo del tiempo.